Guatemala | enero 27, 2020
Después de la segunda guerra mundial, la economía experimentó un gran crecimiento por lo que se necesitaban reglas claras para el intercambio de bienes y servicios; con esta idea en mente y bajo la tutela de los Estados Unidos se decidió proponer ante el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas una convocatoria para la Conferencia Internacional sobre el Comercio y el Empleo. Varias reuniones preparatorias se realizaron en torno a esta y finalmente se logró que 57 países participantes firmaran una carta que serviría como convenio constitutivo de la organización que luego daría origen al Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT). La Carta de la Habana fue el nombre de dicho documento con la cual la Organización Internacional del Comercio (OIC) surgió; la conferencia donde se firmó la Carta fue celebrada en La Habana, Cuba en 1947. La OIC tenía el objetivo de liberalizar los intercambios comerciales, fomentar la reconstrucción, el desarrollo económico y velar por las inversiones internacionales.
Además de ello algo muy significativo que llamó la atención de esta organización fue que se planteó la idea para la negociación de las reducciones arancelarias multilaterales con lo cual los países experimentarían el poder intercambiar bienes y servicios con menos obstáculos, la fluidez del comercio exterior se regularía y las relaciones comerciales se incrementarían; sin embargo, todo lo planteado anteriormente nunca se dio porque la Carta que en un inicio constituyó la Organización nunca llegó a ratificarse y por lo tanto la OIC nunca llegó a crearse. Pero un grupo de 23 países acordaron seguir adelante con las negociaciones de reducciones arancelarias previstas en la OIC y llegaron a un acuerdo provisional que incorporaba algunos de los elementos previstos en la Carta de la Habana, este acuerdo se llamó Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio.
Tras el fracaso de la antes mencionada organización, el paradigma económico internacional se mantuvo por 47 años más con el nacimiento de este acuerdo de carácter provisional, que siguió firmemente la idea de crear una organización con fundamentos bien establecidos de carácter internacional para el manejo del comercio.
El GATT (por sus siglas en inglés) se constituyó como el marco regulador de lo que se había dispuesto para la economía internacional, esto para reducir progresivamente las trabas a los intercambios comerciales, teniendo como objetivo primordial el liberalizar progresivamente el comercio mundial eliminando los obstáculos establecidos por los Estados nacionales, sustituyéndolos por la cooperación entre ellos.
El GATT sirvió como único instrumento multilateral que rigió el comercio internacional después de la segunda guerra mundial hasta el final de la guerra fría. Se instituyeron las llamadas rondas comerciales por medio de las cuales el GATT pudo negociar nuevas disposiciones y establecer así el sistema comercial multilateral firme y duradero.
Los avances más importantes en la liberación del comercio internacional se realizaron por medio de esas rondas comerciales.
La última ronda celebrada bajo los auspicios del GATT, que dio inicio en 1986 y finalizó en 1994, fue la más importante y la de mayor relevancia porque en ella se creó la Organización Mundial del Comercio (OMC). Después de muchos años de negociación para que el GATT se convirtiera en una auténtica institución, en 1995 no se logró alcanzar un verdadero consentimiento y esta se disolvió dando lugar al establecimiento de la OMC oficialmente.