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and Logistics Services

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Entra en vigencia reducción de aranceles entre Estados Unidos y China

A partir del 14 de mayo, Estados Unidos y China comenzarán una pausa de 90 días en la guerra comercial que ha marcado las relaciones económicas entre ambas potencias. El acuerdo, anunciado mediante un comunicado conjunto desde la Casa Blanca, contempla una drástica reducción de aranceles: del lado estadounidense, los gravámenes bajarán del 145% al 30%, incluyendo el conocido “arancel del fentanilo”, mientras que China reducirá los suyos del 125% al 10%, señalaron desde SEAL, Servicios Especializados de Aduana y Logística..

La medida busca descomprimir las tensiones tras meses de bloqueos comerciales, caídas en la inversión y alteraciones severas en las cadenas globales de suministro. La noticia generó una reacción inmediata en los mercados financieros: el dólar se fortaleció frente a las principales monedas y las bolsas respondieron al alza, reflejando el alivio de los inversores.

Uno de los efectos más inmediatos de esta tregua arancelaria será una oleada repentina de carga desde China hacia Estados Unidos. En primer lugar, muchas empresas estadounidenses habían adoptado una estrategia de espera durante las últimas semanas, frenando los embarques a la espera de una posible reducción en los costos aduaneros. Ahora que el alivio se ha confirmado, se espera que esta carga retenida comience a movilizarse de forma urgente, agregaron desde  SEAL, Servicios Especializados de Aduana y Logística..

En segundo lugar, el fin del período de pausa coincidirá con el inicio de la temporada alta de importaciones navideñas. Esto podría provocar un adelanto en los envíos y una temporada alta más corta pero intensa, donde la presión sobre la capacidad logística será mayor.

En respuesta, las navieras probablemente restablecerán varias salidas canceladas (conocidas como blank sailings) anunciadas en semanas anteriores. Sin embargo, el ritmo con el que puedan desplegar nuevamente sus flotas dependerá de la ubicación física actual de los buques y de la coordinación portuaria. De demorarse, esto podría generar escasez temporal de capacidad en la ruta transpacífica y una rápida subida de las tarifas spot.

Los puertos estadounidenses, que actualmente enfrentan una caída significativa en los volúmenes de carga, podrían experimentar un giro radical en solo tres a seis semanas. De la baja actividad podrían pasar a una saturación súbita, con riesgo de congestión, cuellos de botella logísticos y demoras en la distribución.

La decisión representa un cambio de tono tras las medidas agresivas impuestas por el presidente Trump desde su retorno al poder. El conflicto arancelario, que frenó cerca de US$600 mil millones en comercio bilateral, había llevado a una crisis en sectores clave como manufactura, tecnología y retail.

Aunque este alivio arancelario no resuelve todos los puntos de fricción —como la crisis del fentanilo o los controles sobre tierras raras— sí abre una ventana para la reactivación del diálogo económico entre ambas potencias. Las autoridades chinas y estadounidenses ya han confirmado la creación de un nuevo foro bilateral para abordar temas pendientes y evitar una escalada futura, añadieron desde SEAL, Servicios Especializados de Aduana y Logística..

La reducción temporal de aranceles podría significar un respiro para el comercio global, pero también traerá desafíos inmediatos en logística, planificación de carga y gestión portuaria. El verdadero impacto se medirá en las próximas semanas, cuando la teoría se enfrente a la realidad operativa.

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