La industria logística vive una transformación sin precedentes impulsada por innovaciones tecnológicas que optimizan cada eslabón de la cadena de suministro. Desde vehículos autónomos hasta sistemas avanzados de gestión con inteligencia artificial, las empresas están adoptando soluciones que reducen costos, mejoran tiempos de entrega y elevan la precisión operativa. El uso de drones para entregas de última milla, almacenes automatizados con robots y plataformas de trazabilidad en tiempo real están marcando el ritmo de esta evolución, en un contexto donde la velocidad y la eficiencia se han vuelto factores clave de competitividad.
Además, el auge del comercio electrónico ha acelerado la necesidad de adaptar los modelos logísticos tradicionales. Grandes operadores están invirtiendo en infraestructura digital y en tecnologías sostenibles, como camiones eléctricos o rutas optimizadas que minimizan la huella de carbono. La logística inversa también gana terreno, con procesos más eficaces para la devolución y reutilización de productos.
En este contexto, Amy Zepeda, directora y agente de aduana en SEAL GT, en el marco de la 29ª edición de Intermodal South America desarrollada en São Paulo, Brasil, nos dijo que los esfuerzos e innovaciones logísticas deben ir hacia “la automatización y al usuario. La logística del futuro no es sólo rápida, es predictiva. Y si no le hacemos la vida más fácil al cliente, estamos en el camino equivocado”.
En particular, en América Latina y el Caribe, países como Panamá, México, Colombia y Brasil están emergiendo como hubs logísticos estratégicos gracias a su ubicación geográfica, inversión en infraestructura y apertura comercial. Panamá, con el Canal como eje central, continúa siendo un nodo vital para el comercio global, mientras desarrolla zonas francas y centros de distribución altamente eficientes. México, por su parte, se posiciona como un punto clave entre Norteamérica y el resto del continente, aprovechando tratados como el T-MEC y mejorando sus corredores ferroviarios y portuarios para fortalecer el nearshoring.
Colombia ha apostado por modernizar sus puertos en el Caribe y el Pacífico, así como por una mayor conectividad interna, lo que la ha convertido en un punto atractivo para la redistribución regional. Brasil, con su vasto mercado interno y su creciente red multimodal, avanza en proyectos de integración logística para dinamizar las exportaciones. Estos países marcan tendencia al convertirse en plataformas clave no solo para el comercio intercontinental, sino también para la distribución dentro de América Latina, en un contexto en que la resiliencia de las cadenas de suministro se vuelve cada vez más relevante.
En ese contexto, la experta en exportaciones e importaciones, comentó: “Panamá sigue siendo el rey por su posición, pero Colombia y también República Dominicana están haciendo un trabajo estratégico muy fuerte. Están pensando en el largo plazo, eso marca la diferencia”.
Infraestructura Logística y desafíos futuros
Países centroamericanos destacan en infraestructura logística por sus apuestas estratégicas en conectividad y facilitación del comercio. “Panamá lidera la región con el Canal como pieza clave del comercio marítimo global, complementado por puertos de clase mundial como Colón y Balboa, y zonas francas que impulsan el tránsito y almacenamiento de mercancías. Costa Rica sobresale por su enfoque en sostenibilidad y tecnología, con parques logísticos bien desarrollados y procesos aduaneros digitalizados que agilizan el comercio exterior. Guatemala, por su parte, ha mejorado notablemente sus puertos y redes viales, posicionándose como un centro emergente de distribución en Centroamérica gracias a su ubicación geográfica estratégica entre el norte y el sur del continente”, dijo Amy Zepeda.
Finalmente, los principales desafíos en logística y cadenas de suministro en los próximos años incluyen la necesidad de mayor resiliencia ante disrupciones globales, como crisis geopolíticas o fenómenos climáticos extremos, así como la presión por adoptar tecnologías avanzadas sin dejar atrás la sostenibilidad. Las empresas deberán equilibrar la eficiencia operativa con prácticas responsables, enfrentando escasez de talento especializado, altos costos de transporte y una creciente demanda por trazabilidad en tiempo real. Además, la regionalización de las cadenas productivas y la integración digital serán claves para enfrentar un entorno cada vez más dinámico y exigente.
“Respecto a los próximos desafíos logísticos puedo mencionar tres. Sostenibilidad real (no sólo marketing verde), digitalización para las pequeñas y medianas empresas, y la resiliencia ante crisis globales. La cadena de suministro del futuro debe ser flexible, rápida y muy bien conectada” finalizó.