Una integración con visión regional
Los puertos de Guatemala, Honduras y El Salvador han decidido dar un paso estratégico que podría cambiar el mapa logístico de la región: trabajar en conjunto para convertirse en un hub portuario integrado. La iniciativa, anunciada a inicios de octubre de 2025, busca coordinar operaciones entre Puerto Santo Tomás de Castilla (Guatemala), Puerto Cortés (Honduras) y Acajutla (El Salvador), con la finalidad de atraer inversiones y ofrecer un servicio más competitivo frente a gigantes como el Canal de Panamá o los puertos mexicanos del Pacífico.
Según los representantes portuarios, la propuesta incluye homologación de procesos aduaneros, mejoras en conectividad terrestre y digitalización de operaciones, con el objetivo de reducir tiempos de tránsito y costos logísticos en un mercado cada vez más exigente.
Inversión y retos en la infraestructura
El plan de integración contempla más de US$ 1.600 millones en inversiones portuarias, enfocadas en dragado, ampliación de muelles y modernización de equipos. Para El Salvador, el proyecto se conecta directamente con la expansión del puerto de Acajutla, mientras que Guatemala busca posicionar a Santo Tomás como puerta de entrada al comercio con el Atlántico.
Sin embargo, el desafío no es menor: además de la infraestructura, se requiere una coordinación política y regulatoria que históricamente ha sido difícil de concretar en la región. La armonización de normas aduaneras y de seguridad será clave para que la integración no se quede en un anuncio.
Implicaciones para el comercio exterior
De concretarse, este hub regional tendría tres impactos inmediatos:
- Competitividad logística: permitiría que Centroamérica reduzca su dependencia de corredores externos, ofreciendo rutas más cortas y eficientes para la exportación de productos agrícolas, textiles y manufacturados hacia Estados Unidos y Europa.
- Atracción de inversión extranjera: las cadenas de suministro globales, en búsqueda de diversificación tras la guerra comercial EE.UU.–China, podrían encontrar en el Triángulo Norte una alternativa estratégica.
- Fortalecimiento del comercio intrarregional: al mejorar los tiempos de tránsito, las empresas locales tendrían más facilidades para conectar mercados vecinos y generar economías de escala.
Una oportunidad histórica para la región
El proyecto de integración portuaria del Triángulo Norte no sólo representa una inversión en infraestructura, sino también una apuesta por el reposicionamiento geopolítico de Centroamérica en el comercio global. En un escenario donde los flujos marítimos se reconfiguran por tensiones internacionales y altos costos de flete, la región podría aprovechar esta coyuntura para convertirse en un punto clave de tránsito.
Si bien el éxito dependerá de la capacidad de los gobiernos y operadores privados para coordinar esfuerzos, el movimiento marca un hito: Centroamérica está intentando pasar de ser un corredor fragmentado a convertirse en un nodo logístico integrado con voz propia en el comercio internacional.