Guatemala | agosto 6, 2024
La inversión extranjera directa (IED) en América Latina y el Caribe cayó un 9,9% en 2023 respecto al año anterior, lo que llevó a la región a ingresar un total de 184.304 millones de dólares (x millones de euros) con este origen, y a sumar un segundo año consecutivo en descenso, informaron desde SEAL, Servicios Especializados de Aduana y Logística.
Con todo, publica La Razón, esta cantidad supone todavía una cifra superior a la recibida por la región en el promedio de la última década, de acuerdo con el informe de IED divulgado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). El peso de las entradas de inversión extranjera directa en el PIB de la región también se redujo, ya que en 2023 representó el 2,8%. No obstante, la participación de la región en el total mundial de flujos de IED (14%) fue mayor al porcentaje promedio de la década de 2010 (11%).
La disminución de los flujos de IED recibidos por Brasil (-14%) y México (-23%), los dos países con mayor participación en las entradas totales, explica, en gran medida, el resultado de la región, según dice el estudio. En América del Sur, Perú también experimentó una disminución bastante pronunciada de las entradas de IED (-65%), mientras que Argentina y Chile experimentaron un aumento (57% y 19%, respectivamente), señalaron desde SEAL, Servicios Especializados de Aduana y Logística.
Centroamérica y el Caribe también recibieron más inversiones que en 2022 (12% y 28%, respectivamente). En Centroamérica, casi todos los países recibieron más IED, destacando el crecimiento en Costa Rica (28%) y Honduras(33%), mientras que el aumento en el Caribe se debe sobre todo al incremento de las entradas en Guyana (64%) y República Dominicana (7%).
«La inversión extranjera directa puede ayudar a enfrentar, en particular, la trampa de baja capacidad para crecer.Para ello se necesitan políticas de atracción de inversiones que coloquen el énfasis no sólo en la atracción, sino también en lo que sucede luego del establecimiento», ha argumentado el secretario ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs.
Desde el punto de vista sectorial, un 46% de la inversión extranjera directa en 2023 se dirigió a servicios, aunque este sector recibió menores inversiones que en 2022 (-24%). Las inversiones en manufacturas volvieron a crecer por segundo año consecutivo (incremento del 9%). Las entradas en el sector de recursos naturales también crecieron (+16%), pese a la caída registrada en Brasil.
En cuanto a los componentes de la IED, la reinversión de ganancias aumentó un 15%, representando casi la mitad de las entradas en 2023, mientras que los aportes de capital y los préstamos entre empresas se redujeron un 22% y un 36%, respectivamente.
Estados Unidos y la Unión Europea fueron los principales inversores, el primero con 33% del total y la UE con 22% (sin Países Bajos ni Luxemburgo). China, en tanto, redujo sus inversiones en la región. Por otra parte, la inversión de la región en el exterior (translatinas) cayó 49%, retornando a niveles normales luego del máximo alcanzado en 2022.
Salvo excepciones, la IED continúa concentrándose en sectores y países que ofrecen recursos naturales o mano de obra relativamente barata. El objetivo es lograr agregar más valor, en el caso de los recursos naturales, así como diversificar y escalar hacia sectores con mano de obra más calificada, e incrementar los derrames tecnológicos y encadenamientos productivos que se deriven de esta inversión.
Entre las políticas de atracción de inversiones que ha mencionado la Cepal, cabe destacar la necesidad de que los países basen su implementación en arreglos de gobernanza al más alto nivel político. De igual manera, el organismo ha apuntado que urge involucrar a actores del sector público, privado, academia y sociedad civil en la construcción e implementación de estrategias de IED.
Asimismo, es importante focalizar la atracción de la IED hacia sectores o áreas consideradas prioritarias para el desarrollo productivo sostenible de la región. La Cepal ha propuesto al menos 14 sectores impulsores en la industria, los servicios y en áreas relacionadas con la sostenibilidad.
Entre ellos se destacan la industria farmacéutica y de ciencias de la vida; la industria de dispositivos médicos; laexportación de servicios modernos habilitados por las TIC; la sociedad del cuidado; el gobierno digital; la transición energética; la electromovilidad; la economía circular; la bioeconomía; la gestión sostenible del agua; y el turismo sostenible, por nombrar algunos.
«Es importante que los esfuerzos de atracción de IED tengan un enfoque sectorial y de clústeres. Todo con el fin de maximizar los beneficios», ha concluido la Cepal.